La comunicación es un aspecto fundamental de nuestras vidas. Utilizamos las palabras para comunicar nuestras emociones, instrucciones, pensamientos e ideas. Para ello, utilizamos varias partes de nuestro cuerpo, como el cerebro, los nervios, las cuerdas vocales, la boca, la lengua y la mandíbula.
Cuando cualquiera de estas partes está afectada, su capacidad para formar, procesar o decir palabras puede verse afectada. Sin embargo, esto suele ser más significativo cuando su cerebro está afectado, congénitamente o a través de una lesión cerebral. Una anomalía congénita o una lesión cerebral pueden causar varios trastornos del habla, como apraxia y afasia.
Si usted o un ser querido experimenta dificultades para hablar o comprender el habla tras una lesión cerebral o un accidente cerebrovascularpuede tratarse de afasia o apraxia. Comprender sus diferencias puede ayudarle a obtener el diagnóstico correcto y el tratamiento oportuno. Aquí exploramos la diferencia entre afasia y apraxia, sus síntomas, causas y cómo se tratan.
Principales conclusiones
Índice
Apraxia frente a afasia: ¿cuáles son las diferencias?
Diferencia entre apraxia y afasia: síntomas
Diferencia entre afasia y apraxia: Causas
Apraxia del habla frente a afasia: Diagnóstico y tratamiento
La apraxia, también llamada apraxia verbal o apraxia del habla (1), es un trastorno motor común del habla en el que el cerebro experimenta dificultades para coordinar los músculos necesarios para hablar.
Cuando usted quiere hablar, su cerebro envía señales a determinadas estructuras, indicándoles qué hacer para producir ciertos sonidos o palabras. Estas señales pueden indicar a los labios la forma que deben adoptar o a las cuerdas vocales cuándo deben abrirse o cerrarse. Estos movimientos organizados le ayudan a producir los sonidos, sílabas o palabras que desea.
En la apraxia, el cerebro no puede enviar las señales necesarias para coordinar los músculos de los labios, la lengua o la boca para producir sonidos o palabras inteligibles. Esto provoca un desajuste entre la intención y la ejecución. En pocas palabras, el cerebro puede saber qué decir, pero no consigue que las estructuras formen las palabras.
La afasia (2) es un trastorno del lenguaje que afecta temporal o permanentemente a la capacidad de procesar o formar palabras cuando se lesionan determinadas partes del cerebro. Dependiendo de la gravedad de la afasia, también puede haber dificultades para leer y escribir. Es esencial tener en cuenta que la afasia sólo afecta al habla y no afecta a la inteligencia.
Tanto la apraxia del habla como la afasia pueden tener un gran impacto en la comunicación, afectando a su nivel de comprensión, lectura, habla y escritura. Sin embargo, aunque ambas causan trastornos del habla, difieren en varios aspectos.
La afasia presenta varios síntomas. Los síntomas pueden variar en función del tipo de afasia y del grado de daño cerebral. Algunos de los síntomas comunes de la afasia que puede experimentar incluyen.
Por último, usted puede o no ser consciente de sus síntomas dependiendo del tipo de afasia que padezca. Las personas que son conscientes de sus síntomas suelen sentirse frustradas por su incapacidad para expresarse con fluidez.
La apraxia del habla puede afectar a niños y adultos según el tipo y la causa subyacente. Algunos de los síntomas que puede experimentar son.
Una de las principales diferencias entre afasia y apraxia es la causa subyacente. La afasia se produce como resultado de daños en determinadas partes del hemisferio izquierdo del cerebro (3). Estas partes son responsables de habilidades lingüísticas como el habla, la escritura, la comprensión y la lectura. La afasia puede estar causada por un accidente cerebrovascular, un tumor cerebral, lesión cerebral traumática por caídas o accidentes, o afecciones neurológicas como la enfermedad de Alzheimer .
Por otro lado, la apraxia del habla se debe a un daño neurológico que interrumpe las vías nerviosas (4) responsables de planificar y coordinar los movimientos musculares necesarios para hablar. Este daño puede deberse a accidentes cerebrovasculares, traumatismos craneales, tumores cerebrales o trastornos neurodegenerativos. Algunos estudios (5) muestran que el AOS infantil puede estar asociado a la genética, aunque esto no se ha establecido por completo. Es esencial señalar que la apraxia no está causada por la debilidad de los músculos de la boca, los labios, la lengua o la mandíbula.
La apraxia y la afasia pueden manifestarse de varias formas, cada una de ellas con síntomas y características variables en función de la causa y la gravedad.
La afasia se divide en dos tipos principales: la afasia fluida y la afasia no fluida.
La afasia fluente, también conocida como afasia de Wernicke, se produce cuando hay una reducción del flujo sanguíneo o una lesión en el lóbulo temporal posterior que provoca síntomas como dificultad para entender lo que dicen los demás. Las personas con afasia fluida pueden hablar y hacer frases completas, complejas e innecesariamente largas. Sin embargo, las frases no tienen sentido porque las palabras están mal empleadas, son inventadas o irrelevantes.
Si padece afasia fluida, puede tener dificultades para comprender el lenguaje hablado y no ser consciente de su problema de comunicación. También puede resultarle difícil repetir palabras o frases. Dependiendo de la gravedad, puede experimentar algunas dificultades para leer y deficiencias visuales.
La afasia de Broca, también conocida como afasia no fluente, se caracteriza por la dificultad para formar frases completas o hablar con fluidez. Esta afasia suele deberse a daños o alteraciones del flujo sanguíneo en el lóbulo frontal del hemisferio izquierdo del cerebro, concretamente en la parte inferior, la zona responsable del lenguaje.
Las personas con afasia de Broca (2) entienden las palabras, pero tienen dificultades para expresarse o comunicarse. Se comunican mediante frases cortas y entrecortadas en las que faltan palabras de conexión como "el" y "es". Por ejemplo, pueden decir "Quiero comer" en lugar de "Quiero comer".
A diferencia de la afasia de Wernicke, las personas con afasia de Broca son plenamente conscientes de sus dificultades y pueden sentirse frustradas por ello. También pueden sufrir otros síntomas, como debilidad o parálisis de una parte del cuerpo, dependiendo del grado de daño cerebral.
La apraxia puede clasificarse en dos tipos principales, cada uno con síntomas y retos únicos.
El AOS adquirido afecta a individuos de todos los grupos de edad, pero es más frecuente entre los adultos. Puede producirse tras un accidente cerebrovascular, un traumatismo craneoencefálico u otras enfermedades neurológicas, y suele dar lugar a varios síntomas, como habla lenta, dificultad para pronunciar palabras y problemas con el ritmo y la sincronización del habla.
A diferencia del AOS Adquirido, el AOS Infantil afecta sólo a los niños y suele estar presente desde el nacimiento. Este trastorno motor del habla afecta a la capacidad del niño para hablar, pronunciar palabras o imitarlas. Aunque no se conoce la causa del AOS infantil, los científicos creen que la genética puede estar implicada.
El diagnóstico de la afasia y la apraxia del habla requiere evaluaciones exhaustivas por parte de profesionales sanitarios como terapeutas del habla y lenguaje terapeuta del habla y lenguaje y neurólogos -cuando se sospecha un trastorno neurológico subyacente-. Estas evaluaciones pueden incluir pruebas estandarizadas del habla y el lenguaje que evalúen la producción del habla y las habilidades lingüísticas.
Otras pruebas que pueden ser necesarias incluyen neuroimagen, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas del cerebro, pruebas motoras y exámenes neurológicos.
En la afasia, el tratamiento depende del tipo de afasia, la causa subyacente, la gravedad y la extensión del daño. Por lo general, el tratamiento de la afasia se centra en mejorar las capacidades de comprensión, lenguaje y comunicación. Suele implicar logopedia individualizada o en grupo, práctica constante y, en algunos casos, la introducción de otros modos de comunicación: tableros o gestos. Otras técnicas como la terapia de afasia inducida por restricción, la terapia de entonación médica (MIT) y el uso de tecnología adaptativa también pueden ayudar a mejorar la recuperación del lenguaje.
En cambio, el tratamiento de la apraxia del habla suele implicar técnicas y estrategias intensivas dirigidas a mejorar la planificación motora y la coordinación del movimiento muscular necesario para el habla. En pocas palabras terapia del habla y el lenguaje enseña a los músculos a moverse correctamente para producir el sonido y las palabras adecuadas. La terapia de la apraxia puede incluir ejercicios repetitivos del habla y entrenamiento de la planificación y ejecución motora. También pueden utilizarse otras técnicas como la intervención cinemática articulatoria y PROMPT (Prompts for Restructuring Oral Muscular Targets).
Los niños con apraxia del habla conviven con ella durante toda su vida y a menudo requieren una terapia del habla intensa y, en casos graves, materiales y dispositivos de comunicación aumentativa y alternativa (CAA).
Aunque la afasia y la apraxia causan dificultades en el habla y la comunicación, son trastornos del habla distintos con síntomas, causas y tratamientos únicos. Vivir con cualquier tipo de apraxia del habla o afasia puede afectar significativamente a tu capacidad para expresarte y a tu calidad de vida.
Por ello, conseguir el apoyo de un profesional sanitario, ser constante con la terapia y aceptar la ayuda y el apoyo de seres queridos y personas con historias similares puede mejorar tu comunicación. La recuperación puede ser dura y larga, pero no tienes por qué pasar por el proceso solo.
Más información Afasia frente a disartria
Escrito por Dr. Ori Otokpa, MBBS
Revisado médicamente por la Dra. Danielle Kelvas, MD
Referencias
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