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El autor de "Implacable: Cómo un accidente cerebrovascular masivo cambió mi vida para mejor" ofrece una sincera lección para priorizar la vida

"Estaba en la cima del tótem. Había superado a todos los demás en mi trotamundos ascenso a la cima del sector financiero. Era un hombre con una misión: un movimiento constante en pos de mis objetivos profesionales... Y en un instante, todo se esfumó".

Así comienza el libro de Ted Baxter, Implacable: Cómo un accidente cerebrovascular cerebrovascular masivo cambió mi vida para mejor (Greenleaf Book Group Press, 2018). Aparentemente de la nada, Ted sufrió un accidente cerebrovascular isquémico masivo y casi mortal a los 41 años que lo dejó incapacitado para moverse o comunicarse. Entre otros diagnósticos, los médicos le dijeron que tenía afasia global, una enfermedad común causada por un accidente cerebrovascular u otra lesión cerebral que puede causar la pérdida de la capacidad de hablar, escribir y comprender el lenguaje. Al actor Bruce Willis le diagnosticaron recientemente afasia.

14 años después, Ted trabaja como voluntario en hospitales y otras organizaciones sanitarias, aportando sus conocimientos y experiencia como superviviente de accidente cerebrovascular en un programa de recuperación de la comunicación. Forma parte del Consejo Asesor de la Asociación Nacional de Afasia y da charlas en actos relacionados con la salud en hospitales y universidades.

 "Quiero inspirar a la gente. Quiero que alguien me mire y diga: "gracias a ti, no me rendí"" . - Ted Baxter

Nos pusimos al día con Ted para conocer sus secretos para reenergizarse, reaprender y recuperarse, tras un accidenteaccidente cerebrovascular y una afasia. A continuación encontrarás las respuestas a las preguntas de nuestra entrevista.

  1. Primero, ¿cómo estás hoy?
    Estoy absolutamente bien. El último año ha sido un verdadero logro para mí compartir mi libro y mi viaje, conocer a tanta gente maravillosa, difundir la concienciación sobre accidente cerebrovascular y la afasia a muchas de las comunidades de las que formo parte. Cuando contemplo mi vida ahora, siempre vuelvo a la idea que tenía cuando empecé a escribir mi libro: no es el final de mi viaje, pero sin duda es una parte mucho más brillante de él. Es el comienzo de toda una serie de nuevas y emocionantes oportunidades, y estoy deseando seguir disfrutando de la vida de una forma más equilibrada.
  2. En su libro, habla de su proceso de recuperación como una "narración feliz y esperanzada de determinación e implacabilidad". ¿Qué le llevó a enfocar su lesión de este modo y no como una tragedia?
    Creo que soy una persona positiva y sé que tengo un propósito en el mundo. Aunque me enfrenté a la tragedia de un accidente cerebrovascular masivo, he sido capaz de imaginar la vida más allá de este terrible suceso, y considerar todas las cosas genuinamente buenas que podrían salir de él. Ahí es donde entran en juego la fe, la esperanza y una mentalidad positiva: hay que creer e intentarlo. El mundo necesita más esperanza. Animo a todos los que han pasado por una situación similar a que le den tiempo: realmente no sabes lo que tu cerebro y tu cuerpo pueden hacer hasta que lo intentas.
  3. Recordando su accidente cerebrovascular a los 41 años, ¿cree que fueron sus frecuentes viajes largos en avión (con su potencial para la formación de coágulos en las piernas) lo que contribuyó a su accidente cerebrovascular?
    Sí. Los viajes largos y frecuentes en avión siempre contribuyen al riesgo potencial de que se formen coágulos en las piernas. Aunque yo llevaba calcetines de compresión, cualquier persona que viaje con frecuencia debería pensar en llevar calcetines de compresión aunque haga ejercicio, y acudir a su médico para una revisión general de varices. Compruebe sus antecedentes familiares de TVP (trombosis venosa profunda) o defectos cardíacos como un FOP. Vigile su estilo de vida y los factores de riesgo, como la tensión arterial, la diabetes, las cardiopatías, etc. En los vuelos largos, mantenga la circulación en movimiento levantándose para ir al baño o tomar una botella de agua.
  4. En su libro dice que su orgullo "estaba maltrecho". ¿Qué le hizo sentirse así y cómo afrontó esos sentimientos de pérdida de confianza en sí mismo?
    La mayoría de la gente no entiende los retos diarios que supone vivir con afasia. Es una discapacidad silenciosa y puede robarte la capacidad de llevar una vida "normal". He aquí dos ejemplos de cómo mi orgullo se vio maltratado. Primero, cuando estaba en el hospital tras el accidente cerebrovascular que sufrí, no podía comunicarme con mi mujer, mis hermanos y mis amigos. Los médicos y mi mujer me explicaron el concepto de afasia, pero tuve que oírlo unas cien veces para comprenderlo. Fue muy duro estar en la cama del hospital, escuchando a mis jefes y amigos del trabajo hablar y apoyarme con palabras de ánimo, pero sin poder participar en la conversación. Entonces perdí mucha confianza y autoestima. Toda mi educación, todas mis habilidades de comunicación, todo lo que había aprendido en la Universidad de Hofstra, en Wharton y como socia de Price Waterhouse, controladora del CSFB, ejecutiva de Citadel... todo parecía perdido. Tras una visita especialmente dura, tuve que comunicarle a mi mujer que ya no podía atender las visitas de amigos y colegas. En segundo lugar, estaba lo que yo llamo el "reto Starbucks". Pedir en Starbucks requiere mucho esfuerzo intelectual: qué tamaño de taza, qué tipo de bebida, el costo, etc. Los camareros (como la mayoría de la gente) no conocen la afasia y no sabían cómo ayudar a una persona con afasia a pedir un café con leche. Me miraban como si fuera extranjera o mentalmente lenta. Retrasaba la cola para que me salieran las palabras. Hoy en día hay más concienciación y es muy importante seguir ofreciendo más educación sobre accidente cerebrovascular y afasia a la población general. Ahora, cada vez que me encuentro con alguien con afasia, puedo intervenir y explicarle qué es la afasia. Le cuento al camarero lo que significa intentar desenvolverse en el mundo con ella. La vida es dura y desafiante para las personas con afasia, así que siempre hay que ser paciente y amable.
  5. ¿Cómo deberíamos educar a más gente sobre la afasia?
    Necesitamos más personas que sean mensajeros de la concienciación, que eduquen a la población en general y defiendan a los afásicos. Hay distintas formas de presentar la información, como celebrar un acto sobre salud, participar en un programa de radio o podcast, o traer a un orador público. Puede invitar a un médico para que hable sobre el tema o contar con un superviviente de accidente cerebrovascular de primera mano, o con un cuidador o enfermero.
  6. Su vida antes del accidenteaccidente cerebrovascular era razonablemente ordenada y predecible. ¿Cómo fue tener que abrazar y/o aceptar más imprevisibilidad y ambigüedad?
    En realidad me encanta mi vida de ser más impredecible: es un modo de autodespertar que me mantiene presente y abierta a las sorpresas y la espontaneidad. Ahora hay abundante información que me ayuda a estar mucho menos ansiosa ante lo inesperado y a reducir ese elemento de "sorpresa negativa". Me siento más seguro y cómodo, y me permito sentirme entusiasmado, desafiado y comprometido. Cuando me levanto para realizar mis tareas diarias de ir a un centro de salud a hacer voluntariado, hacer ejercicio, escribir artículos relacionados con mi libro o practicar mi discurso para una presentación, las considero mis temas "de enfoque". Me gustan los retos, las actividades nuevas, hacer cosas con mi mujer, apoyar su negocio y conocer gente nueva. Dentro de estos "temas centrales", he aprendido a esperar lo inesperado.
  7. ¿Qué importancia tuvo la fijación de objetivos en su recuperación?
    La fijación de objetivos fue muy importante para la recuperación. Durante mi carrera, siempre me he centrado en la estrategia o los planes a largo plazo; por ejemplo, desarrollé la visión de la consultora Price Waterhouse Tokyo Financial Services y definí el departamento de Controlador Global de Citadel Investment. Pero lo que hace que la recuperación de accidente cerebrovascular sea real es medir cómo lo estás haciendo, cómo estás mejorando; y tener objetivos a corto plazo con un plan general a largo plazo que te mueva hacia el resultado final. Por ejemplo, mis objetivos a corto plazo incluían mejorar en verbos o adjetivos; mi objetivo a largo plazo era intentar subirme a un pequeño escenario y hacer una pequeña presentación. Aprender con retos significa crecer. Reconozco que fue duro. Requiere disciplina, trabajo duro, sacrificio, dedicación... ¡e implacabilidad!
  8. Dice usted que el propósito de su vida cambió tras el accidente cerebrovascular. ¿Cuál es su nuevo propósito y misión?
    Creo que Dios me concedió el don de recuperarme de una tragedia terrible y ayudar a otras personas a recuperarse de experiencias similares. Ser mensajera, educadora y difundir la concienciación sobre el accidente cerebrovascular y la afasia forma parte de mi nuevo propósito y misión en la vida. Aprendí a apreciar la vida de una forma más equilibrada y a no estar tan ensimismada y centrada en una sola cosa. Aprendí que tener una carrera de éxito quizá no sea tan importante como tener un propósito, una misión y seres queridos: mi mujer, mi familia y mis amigos. En términos generales, el propósito de mi vida es devolver algo a la sociedad, compartir mi don con los demás (haciéndome voluntario y compartiendo mi historia) para ayudarles a tener fe, esperanza y una mentalidad positiva, cueste lo que cueste. Quiero inspirar a la gente.
  9. ¿Has utilizado la aplicación móvil de Constant Therapy?
    Yo uso Constant Therapy durante las sesiones para ayudar a mis clientes a mejorar su habla. También utilizo el programa integral de Constant TherapyTherapy para mi propio habla, y 14 años después de mi accidente cerebrovascular, ¡los progresos son realmente alentadores!
  10. ¿Qué le diría a alguien que acaba de iniciar el camino de la recuperación tras un accidente cerebrovascular?
    Empiece con estos temas generales: Tenga esperanza y una actitud positiva. Sin ellas, no tendrá éxito. A continuación, aproveche su propia determinación. Tómatelo con calma: recuerda que sólo has sufrido un trágico accidente cerebrovascular y sigues vivo; agradece la oportunidad de tener otra vida. Intenta conseguir pequeños logros. Habrá resultados negativos, pero considéralos oportunidades para crecer y aprender. Establece un sistema de apoyo: hospitales, neurólogos, médicos, terapeutas (fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos del lenguaje), cuidadores, tus seres queridos y tus amigos. Encuentra un mentor o confidente para que puedas intercambiar ideas y hacer preguntas. Y recuerda: ríete de ti mismo, ¡la risa es buena para el alma!

Lee el libro de Ted para conocer con más detalle su increíble historia.

 

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